Llegó hoy el correo de Bogotá, y ha traído documentos oficiales al ministerio de R. Exteriores, en los cuales se informa de la paz etc., que han alcanzado la Nueva Granada y el Ecuador, y piden a Venezuela que acelere la salida de los plenipotenciarios y comisionados para regular los vínculos futuros que habrán de unir las tres secciones (que así las llama este documento de Estado), y que no es la única expresión entre muchas que apuntan hacia la nueva fusión de los departamentos en una «Grandiosa República». Luego hablan de la deuda interna y externa, etc., como asuntos que deben resolverse imperiosamente. Incluso «sea que los Estados se unan bajo un sistema de federación, o bajo una liga confederada, o que sus futuras relaciones se determinen solo por tratados públicos». Pero los sentimientos abiertos del vicepresidente con su anhelo de reunión de las secciones son evidentes en otra parte de la Gaceta Oficial de Bogotá:
Pero si consideramos conveniente no elaborar nada de lo dicho en las referidas notas sobre este punto, no creemos que no lo sea el avisar que la Nueva Granada, si bien dispuesta a contribuir al renacimiento de la gloriosa y gran República, no por ello recibirá favorablemente los pronunciamientos sediciosos que algunos enemigos de la Libertad y la Paz del Estado pudieran promover con ese pretexto. Cada una de las nuevas Repúblicas tiene un Gobierno, que es la agencia para un entendimiento con las otras naciones. Con este Gobierno tratará el de Nueva Granada, y no verá en aquellos que dicen que van a tomar las armas para reorganizar a Colombia sino perturbadores de la paz pública, merecedores de las penas decretadas por las leyes. Estos parecen ser los sentimientos de nuestro Gobierno, y de todos los buenos ciudadanos de Nueva Granada. Bogotá, 27 de enero de 1832.
Qué distinta es la forma de hablar de la Gaceta de Venezuela del 9 de marzo sobre el tono [sic] de independencia sin unión. Dice, hablando de los asuntos del Ecuador:
Por medio del diario colombiano publicado en Guayaquil en diciembre pasado, sabemos que el Congreso continúa su trabajo para organizar la nación bajo un sistema de absoluta independencia, de modo que está fuera de duda que todas las Repúblicas que eran Secciones de Colombia no codician la reunión, es decir, la formación de una sola unidad nacional, sino solo el mantenimiento de relaciones de amistad y alianza y esto, en un buen sentido, está en marcha, y aun expresar lo contrario sería una opinión favorable a la subversión de principios, para la destrucción de lo que está hecho, para resucitar el mismo Gobierno que ayer se destruyó por perjudicial.