El no monopolio del cultivo de la planta del tabaco ha sido aprobado por la Cámara de Representantes y pasado a la del Senado, pero un tal general Heres #001-0596, unionista y uno de los últimos partidarios de Monagas así como de Bolívar, senador por Guayana, se opone con el argumento de que las rentas del tabaco se hipotecarían a los tenedores de bonos británicos, y se esfuerza en impedir el desestanco. Pero el gran secreto de su posición está en la esperanza de crear perturbaciones en su propia provincia y en Barinas, cuyos habitantes no quieren seguir sometidos al monopolio. Y, en segundo lugar, este temible agitador vive, mientras está en Caracas, en casa del señor Ackers, quien junto con su socio nativo Huizi #002-0596, desea que el monopolio siga existiendo. ¿Por qué? Porque siempre han sido grandes compradores del gobierno y por consiguiente han sacado grandes beneficios; pero el establecimiento del tabaco está en un estado tan ruinoso que tiene que caer por su propio peso. Estos últimos tres meses ha endeudado considerablemente al gobierno, y sin las leyes despóticas de los españoles no puede hacerse nada con él y, de hecho, está todo arruinado por la indecisión que sobre este tema tuvo el Congreso el año pasado.