Nada nuevo, pero parece haber caído un pesimismo general sobre el humor de la raza mercantil, particularmente la del señor Mocatta, quien siempre ha visto los acontecimientos y sus consecuencias bajo una luz muy tétrica. Visité a un tal señor Ackers, quien se ha traído a una hija. Es un comerciante establecido aquí desde hace mucho tiempo, y se ha dedicado con otros de la ciudad a la construcción de la nueva carretera #001-0117 de La Guaira a esta. Si los especuladores británicos, en lugar de comprar concesiones en las minas, se hubieran dedicado a contratar la construcción de carreteras y luego a arrendarlas durante cierto período de tiempo, hubieran resultado ciertamente más productivas que las minas, además de ser el gran camino hacia la civilización y la ampliación del comercio. Por consiguiente, la Gran Bretaña hubiese compartido la ventura muy beneficiosamente. Así como están las cosas, muchas de las fraternidades mineras se hundirán antes de haber sacado una onza de mineral. La de Aroa nunca responderá, y la colonia escocesa se disolverá en menos de cinco meses desde ahora. De ello no me cabe la menor duda. Termómetro 22 a las 7 y 24, a las 4. No llueve.