El señor Cockburne, yo y el capitán Chambers salimos esta mañana para La Guaira a causa de la llegada del Aurora, que manda el capitán Austin. Anoche bajó a las 11. Han molestado profundamente a S. E. la llegada del capitán Chambers así como las órdenes del almirante Fleming, según las cuales le envía con el único propósito de transportar al señor Cockburne a Cartagena, impidiendo al capitán Austin tener el placer así como el honor de ser el portador del presidente, etc., a aquel puerto. El señor Cockburne regresó hoy a Caracas con el capitán Austin pero, como yo no tenía ninguna razón ni deseo particular para exponerme a los rayos del sol tropical a lomos de una mula cansada, decidí quedarme hasta la mañana siguiente. Cuando miré el termómetro a las 3 de la tarde, estaba en 32 grados, y durante la noche el calor infernal de la atmósfera era opresivamente intolerable.