Atareado todo el día con mi correspondencia pública y privada. Entre la primera le di el siguiente informe de cómo están las cosas en nuestras provincias al secretario de relaciones exteriores, lord Dudley: que las esperanzas de devolver la prosperidad y la paz a las provincias de Venezuela estaban muy lejos, pues recientemente los funcionarios del gobierno habían descubierto un plan de insurrección a favor del rey de España, que era obra de emisarios españoles en complicidad con aquellos descontentos cuyos deseos aún se inclinaban hacia la Madre Patria. Se habían organizado varios partidos rebeldes y entre ellos se habían mantenido comunicaciones secretas; y que el más temible de todos estos cuerpos existe a no más de veinte millas de Caracas, bajo el mando del antiguo y bien establecido ladrón Cisneros; que otro existe cerca de las llanuras de Orituco, bajo el mando del coronel Arizábalo, nativo de España, que había desplegado la bandera real diciendo que guerreaba únicamente por los derechos de su soberano. Un tercer grupo, bajo el mando del jefe Centeno, ocupando la gran sabana de Ocumare, un cuarto en la costa cerca de Río Chico (al oeste de Barcelona) bajo las órdenes de un hombre llamado Ramírez, y el último emplazado en las inmediaciones de Cumaná, encabezado por el coronel Castillo. Estos distintos cuerpos debían haber obrado simultáneamente al recibir ciertas señales de una fuerza naval española que se esperaba que llegase pronto a la costa. Que, afortunadamente, sin embargo, este plan se había visto frustrado como resultado de su descubrimiento por cartas interceptadas y otros documentos hallados en posesión de algunos monjes traidores detenidos recientemente en esta ciudad; a raíz de lo cual habían tomado las medidas más vigorosas las autoridades de los distintos distritos que iban a ser escenario de la insurrección. La Ley Marcial se había declarado en toda Venezuela, fuertes destacamentos de tropas marcharon instantáneamente a aquellos puntos donde se esperaba la rebelión, mientras que una cantidad de personas de gran crédito y respeto había sido repentinamente detenida en Angostura, Barinas y varias otras poblaciones, de las que se sabía que estaban profundamente implicadas en el sanguinario complot. Varias de dichas personas ya habían sido juzgadas y fusiladas públicamente, así como lo había sido el jefe Ramírez, que había caído en manos de los soldados republicanos hacía unas semanas, y que este malvado proyecto se extendía desde Coro a Cariaco.
Se había lanzado un ataque contra los rebeldes que estaban atrincherados a unas dos leguas de la ciudad de Cumaná, los cuales, después de una muy desesperada resistencia de doce horas, cedieron. Fueron muertos unos 60 y apresados 200. Que la facción que obra en estos alrededores, encabezada por Cisneros, había estado constantemente enfrentada a las tropas regulares durante casi seis semanas. Que muchos habían caído en ambos lados, pero que debido a lo difícil del terreno, parecía haber poca oportunidad de apresarlo o destruir su fuerza.
Que está probado más allá de cualquier duda que estos grupos están respaldados y han fomentado el descontento desde La Habana, pero que lo que demuestra aún más esto es la presencia de una flota española que, ocasionalmente, ha llegado a anclar cerca de la costa en los alrededores de la población de Curiepe, manteniendo una serie de señales con la orilla, y que además se supone que tenía comunicación real con los emisarios españoles de esa zona. Que esta fuerza naval consta de un navío de 74, uno de 50 y una corbeta de guerra de 20 cañones, pero no se sabía si la mandaba o no el almirante Laborde. Ese informe dice que una segunda división iba rumbo a Puerto Rico con tropas y dinero a bordo, y sea esto cierto o falso, el daño que le hacen a este país estas reiteradas amenazas de invasión por parte de España es tal, que finalmente lo llevarán a la ruina total; y que a fin de prepararse para lo peor, casi todo campesino capaz de manejar un arma ha sido enrolado como soldado regular o en la milicia. De ahí que apenas pueda conseguirse un trabajador para ayudar en el cultivo de las haciendas o recoger las cosechas de café, cacao, etc., etc., que ahora se están pudriendo en la tierra y en los árboles, agregándose a esto que cada vez que se había salido a perseguir a los rebeldes (no solo en los ricos Valles del Tuy, sino también en otros) toda casa o rancho que pudiera darles albergue fue incendiado y destruido todo producto de la tierra que pudiera darles el más mínimo medio de sustento. Así es el sistema de guerra que ha sido empleado muy fielmente, añadiéndose y agravando este sacrificio al ya deplorable estado del país, estado que no tiene la menor posibilidad de mejorar hasta que España reconozca la independencia de los americanos. Ninguna noticia particular, salvo la entrada del batallón Carabobo, originalmente compuesto por ingleses, pero ya ahora de nativos, salvo el coronel y unos pocos oficiales. Se llama Ferrer 1(Teniente coronel John D. Ferriar, que no debe confundirse con el coronel Thomas Ferriar, que sucedió a Blosset en el mando de la legión británica y murió en Carabobo) Llovió bastante durante la noche. Termómetro, 19° a las 6; 22, a las 12 y 21, a las 4.