Llegó el correo de Bogotá, con fechas hasta el 10 de agosto. El general Bolívar por fin ha decidido cambiar la idea de los sentimientos personales por la de mantener un buen entendimiento con el Perú. Por lo tanto, S. E. ha enviado a su edecán el coronel O’Leary como comisionado a ese país para formar una amnistía definitiva. El señor Mosquera, de quien se dice que es un hombre talentoso, seguirá poco después como ministro plenipotenciario, para ratificar y concluir la paz, después de resolverse los puntos que actualmente están en disputa; de modo que el Libertador, a fin de cuentas, ve que tiene que quedarse en casa... y abandonar sus ideas triples. Se ha de formar un consejo de Estado para regular y ayudar en el futuro gobierno de la república, compuesto por el señor Castillo, presidente, por parte de Cartagena; el general Urdaneta, el general Bermúdez, el señor Baralt y Revenga por Venezuela; el señor Restrepo y J. Torres, por Cúcuta; el señor Valdivieso, Cuenca; el señor Larrera, Quito; el señor Icaza, Guayaquil; el señor Vergara, Cundinamarca, así como el señor Tanco 1(Esta lista no está completa, y además sir Robert confundió a Baralt con Pedro Gual. El decreto del Libertador, fechado en Bogotá el 28 de agosto de 1828, incluye la lista completa. Ver: Decretos del Libertador. Vol III. 1828-1830, pp.?145-146. Caracas, Sociedad Bolivariana de Venezuela, 1961) Santander todavía no ha llegado a la capital, pero se le espera aún. El juicio de Padilla prosigue y cada día hace más profunda su culpabilidad así como la de los que están relacionados con él. Hasta tal punto que apenas existen dudas de que será condenado a la sentencia del país. Mi amigo el coronel Wilson se ha retirado del servicio y debía partir para la querida Inglaterra el 1° de septiembre. Solo tiene 23 años y es muy talentoso. Con su juventud y su inteligencia todavía puede hacer carrera en su país, pues ciertamente merece éxito y buena suerte dondequiera que esté. Todavía no me siento bien.