El viento ha amainado, y virado a su cuadrante anterior: suroeste. El mar casi en calma a las 7 de la mañana. A las 8 Lord William vino a mi camarote a informarme que teníamos cerca un bergantín inglés, y que nos iba a enviar el bote a recoger nuestra correspondencia para Inglaterra. Escribí unas cuantas líneas a la carrera para mi querida madre. Buen tiempo. ¡Vaya con Dios el bergantín!