Despaché mi mensajero a La Guaira con mis paquetes hoy a las 9 a. m. Lluvia intensa. Han sido detenidos otros cuatro o cinco de la banda, y además varias mujeres, una de las cuales es esposa del bandido que asesinó al carcelero jefe. Es una esclava que pertenece a la persona que tiene el hotel principal (el único, de hecho) de Caracas, y parece ser que hace algún tiempo, cuando su ama la hotelera le estaba dando unos azotes en uno de sus ataques de malhumor, la esclava le dijo:
Ahora me lo aguanto, pero para el 13 de mayo veremos quién es el ama.
Si tal cosa realmente ocurrió, quiere decir que esta malvada conocía lo que se estaba tramando. El interrogatorio de los prisioneros prosigue, pero de esta gente infantil pocas veces se puede esperar alguna actividad, y de diez veces, nueve, los procesos duran tanto que las cárceles rebosan de gente antes de que se sentencie a ningún delincuente. Esta es la segunda vez que la cárcel ha sido vaciada de su funesto contenido sin que intervenga la sabiduría legal, por medio de la intriga, negligencia y retrasos en la aplicación de la ley. Mejora mi dolor de cabeza. Me presenté como voluntario para el servicio nocturno con los demás extranjeros para dar el ejemplo, y para mostrarles que mi situación oficial no era obstáculo para que compartiera sus fatigas o peligros.