Hoy fue pasado por las armas uno de los autores principales y héroes literarios del negro complot de asesinato. Se llamaba Severo, un negro alto, de unos 30 años, que marchó hacia su destino al parecer muy devotamente. Parecía persona de intelecto alocado, y ciertamente algunos dones tenía y había sido bastante bien educado para uno de su tinte. Ha dejado muchos documentos curiosos, relacionados con el plan de gobierno después de resultar exitosas las esperanzas de los conspiradores y otros. Entre ellos se encuentra la copia de una arenga que pensaba hacerle al pueblo en la catedral el día del gran acontecimiento; buen sitio, después de la masacre que exclusivamente pudo haber logrado el éxito y provocado tan sanguinario discurso. Se dice que uno de los jefes de los ladrones y diez de sus hombres han sido detenidos en el Tuy. No llueve.