Pesqué un resfriado muy fuerte, y para no ser injusto con este delicioso clima y ciudad, diré que ambos son de lo más traicioneros. Lo que hace traicionera la residencia individual en cuanto a la cháchara, son las frías corrientes de aire que soplan por las afiladas esquinas, en todas direcciones, cortando el ardiente y generoso flujo de transpiración que el sol tropical le ha producido a la persona del caminante. Estos enfriamientos constantes, nueve de cada diez veces engendran fiebres, resfriados, afecciones del pecho y reumatismo agudo. Las graves influenzas son visitantes anuales, entre abril y mayo, y nunca dejo de participar en ellas.