Por fin el general Páez ha recibido carta del bandido Cisneros, por la que parece que quiere llegar a un acuerdo razonable. Le dice a S. E. que había evitado entrevistarse con él porque había recibido una carta de Caracas en la que se le aconsejaba no dar este paso, porque si lo daba equivaldría a su sacrificio, y que si mantenía su poder y juntos a sus seguidores solo unos meses más, los españoles volverían a apoderarse del país. Algún sinvergüenza de un partido antiguo debe de ser el responsable de esto. Sin embargo, el general lo va a volver a probar y le ha escrito para fijar un fecha; de modo que a lo mejor todavía se celebra una reunión transatlántica, à la Drap d'or, ¡¡pero no entre un Francis y un Enrique!!
La señora Stopford, el coronel, el coronel Smith, el coronel Minchin y el señor Adams cenaron conmigo. El señor A. es una persona muy inculta —no tiene religión—, y creo que si pudiera descubrir su credo político (pero es poco lo que habla de esto) encontraría un radical de la clase mecánica. Es bastante taciturno de carácter, y los rasgos principales de sus facultades sociales consisten en dormir después de comer, tomar rapé, y tararear o silbar alguna canción: ¡véase con qué tengo que mezclarme! Pero no hay alternativa 1(Hobson's choice (la elección de Hobson) en el original. Dicho inglés derivado epónimamente de Thomas Hobson, porteador de Cambridge muy conocido en su día (1544-1631), (Milton le dedicó dos epitafios) que rehusaba alquilar cualquier caballo excepto en su turno debido); o estos, o nadie. Lluvia y truenos fuertes.