Llevé al capitán W. a ver un leopardo (que aquí llaman tigre). Quise hacer negocio por la fiera con su dueño, un industrioso yanqui medio irlandés, hermano de [San] Crispin, zapatero de profesión y tacaño como él solo. Quería yo conseguir el cuadrúpedo para la Zoological Society, pero él no quiso hacer negocio sino por escrito, y poco después recibí esta muy curiosa respuesta del maestro zapatero:
Sir Robert Porter.
Señor: Ha sido debidamente recibida su apreciada del 22 del corriente y se ha tomado nota de su contenido. Según su deseo, le enviaré el tigre por lo que me ha costado, con gastos hasta hoy.
Son ciento trece dólares con setenta y cinco céntimos, y si el precio le conviene está a su disposición, siendo este el último precio, respetuosamente. Su seguro servidor, James Mc Manus.
Naturalmente no compré la fiera, pues por los gastos hasta La Guaira por lo menos le hubiera añadido 50 o 60 dólares a los 113, y era demasiado dinero, sobre todo teniendo todavía la danta en mi poder, lista para embarcarla con mucho gasto, todo por el amor a la ciencia y a mi país.
Esta mañana a las 6 partieron para el puerto el capitán Wellesley y su gente. Hay muchos rumores en el sentido de que el general Mariño y el grupo en discordia, así como varios oficiales licenciados, están preparando disturbios. El coronel Stopford escribe tristes relatos del horrible estado en que se encuentra su provincia, pero solo tiene elogios para su capacidad de recuperación en todos los sentidos. El general Mariño y los bolivarianos, y varios oficiales degradados, intrigando sin cesar, para perturbar el buen orden actual de las cosas. Pero el Gobierno está al tanto, y la mejor prueba de ello ha sido el desplazamiento del coronel Padrón, comandante de armas, quien, incuestionablemente, está totalmente a favor del grupo mencionado. Le ha sucedido el coronel Conde, viejo patriota y hombre probo. Desde hace algún tiempo se celebraban reuniones en casa de la señora Delpéche (hermana del general Mariano Montilla), pero ahora las asambleas se llevan a cabo en casa de Mariño. Este cabeza de chorlito, Libertador en jefe, siempre ha estado en primera fila, en toda ocasión y principio, desde la realeza hasta el republicanismo, siempre que el objetivo fuera la rebelión o la subversión. Nunca dejó de ser el primer promotor y, en muchos casos, el jefe. El general Montilla (actualmente en Jamaica) será el héroe que se constituya en dictador de Venezuela y establezca un gobierno militar. Pero esto no sucederá —ya pasó el momento— y este proyecto, aunque se convirtiera en intentona abierta, se hará pedazos. [No HAY ANOTACIÓN PARA EL DÍA 25]