El día 26 se celebró una reunión secreta de las dos cámaras del Congreso, en la que se decretó que se den poderes extraordinarios al Ejecutivo por un período de dos meses, a fin de tomar medidas lo más rápidamente posible para liquidar al creciente complot de subversión del nuevo Gobierno por parte de los inútiles y descontentos. El ministro británico en Bogotá, al escribirme sobre la marcha actual de las cosas en la capital, dice:
Considero que es una inapreciable bendición para este país arruinado, que no pueda encontrarse en ninguna parte un partido lo suficientemente fuerte para poder levantarse contra el presente Gobierno, que aunque fuera malo tendría una gran ventaja, y es que ningún gobierno malo puede hacer la mitad del daño que ocasiona una contienda civil. De modo que, como esto puede aplicarse a nosotros, espero que con energía y actos prudentes, imperfecta como es esta República en su Constitución, permanezca incólume ante las viles maquinaciones de una facción que solo busca su ruina y el restablecimiento de la peor clase de despotismo militar.
El Sapphire zarpó el lunes por la noche de La Guaira. Mi amigo el capitán Wellesley puede resultar una persona brillante, pero por ahora la nueva luz le ensombrece el intelecto y el sentido común de la manera más lamentable.