Posé por segunda vez para mi retrato. El coronel Smith cenó conmigo. Me visitó el doctor Vargas porque le había escrito diciéndole que debería imprimirse una hoja de instrucciones, simple y corta, para orientación de los pobres y otras gentes por el estilo a las que no podía prestárseles asistencia médica inmediata, sobre los métodos más sencillos de tratar el cólera al hacer su aparición. Estuvo totalmente de acuerdo conmigo, e independientemente de sus propios conocimientos profesionales, le suministré varios extractos, etc., etc., hechos por mí o recibidos de Europa. Esto es lo más necesario, porque son pocos los verdaderos médicos que hay en Caracas (Vargas, de hecho, es el único verdadero profesional), y la ciudad se convertiría pronto en una tumba gigantesca antes de llegar la ayuda y alivio a los infectados. El coronel Smith cenó conmigo.