Monsieur Morène volvió a mirarme la cara durante dos horas. Selon moi, [la pintura] no tiene ningún parecido: tengo un aspecto burdo, de granjero, y más tieso que un palo. No hay noticias. Cené en casa del señor Mocatta. Conocí a un tal señor Sandbache, hijo de un plantador de Demerara, pero en Europa le va mejor, por lo menos durante un año, porque es alcalde de Liverpool. Este caballero me trajo una carta de un tal señor Nielsen, quien estuvo aquí en 1827 con un tal capitán D’Urban, hijo de sir Benjamin, gobernador de esa colonia.