Envié un oficio al gobierno sobre el manejo del anatema del arzobispo contra los extranjeros y herejes extranjeros, con el que trata, como claramente se ve que lo está haciendo, de levantar a los negros y clases bajas para acabar con nosotros. No tengo ninguna duda de que estas maniobras clericales en su diócesis están destinadas a hacer contrapeso al espíritu que ha surgido y acompaña los documentos efímeros de la proclama, y sobre los que la junta provincial le pide al Congreso que decida, a saber «Inmigración de extranjeros y tolerancia o libertad de cultos es el grito de Venezuela».