Escribiendo todo el día para el correo del buque. La Cámara de representantes, en la tercera lectura (que no había terminado en la última sesión), aprobó el decreto, no para la abolición absoluta de los diezmos sino que «cesará de cobrarse el derecho de diezmos en todo el territorio de la República desde el 15 de enero de 1834», frase esta que se adoptó en lugar de las palabras «queda abolido el derecho... etc.». Esto es una medida a medias, y en cuanto a la falta de decisión en la forma en que el decreto expone el acto, si los curas vinieran a predominar de nuevo, podría volver a ponerse en vigencia esta ley opresiva y destructiva; una ley que ha causado más odio a la establecida Iglesia de Cristo y sus ministros que todos los sectarios y librepensadores. Las señoritas Alderson regresaron a Chacao.