Una buena cantidad de lluvia durante el día. Bolívar, de todos los miembros de su familia, era el mejor en todo sentido: en él deben de haberse centrado todo el honor y buenos principios de sus parientes, así como más virtudes de otra clase, de las que casi carecen sus compatriotas. Las dos hermanas del Libertador, doña María Antonia y doña Juana son famosas por su extraña forma de ser, su avaricia y su crueldad con los esclavos. La primera ha sido sentenciada, pero no en un tribunal de justicia (pues no los hay en Venezuela) por emplear un abogado para falsificar una escritura de regalo a su favor por parte de su hermano el general, por valor de 30.000 dólares, a fin de privar de esta suma a su hermana y el resto de los herederos. Toda la infame transacción ha sido descubierta por el principal agente del fraude, al negarse ella a pagarle 200 dólares, suma que se había acordado para llevar a cabo la transacción. Pero en vista de que esta noble dama, un familiar y un muy respetable abogado están implicados profundamente en el asunto, para salvar su honor y por delicadeza hacia la familia del Libertador, no se llevará a cabo juicio alguno. Pero será el tema de conversación durante una semana en la ciudad, y todo se olvidará como si nunca hubiera sucedido, y las partes no quedarán mal paradas a los ojos de nuestra virtuosa sociedad.