Llegaron los árboles frutales de Europa para el general Páez, y lo agradeció: cerezos, perales, manzanos y frambuesos. Hablé largo y tendido con S. E. hoy sobre la misión de Montilla: todo está resuelto por lo que respecta a Inglaterra y Venezuela, el reconocimiento acordado y la convención en las mismas condiciones que la de Colombia, pero el Ejecutivo parece estar en un dilema en vista de que Montilla dice que se embarcará para Caracas por el paquebote del 3 de noviembre porque así se lo ha ordenado su gobierno, atemorizado por actos mal juzgados y estrechos de miras del último Congreso, y las estúpidas aserciones del Negro Briceño en su Nacional. Pero al enterarse de que la misión estaba a punto de tener éxito, tanto en cuanto a Inglaterra como a España, se despachó una contraorden por el correo de septiembre (que no puede haber llegado antes del 15 de noviembre) para ordenarle que se quedase y siguiera con ambas negociaciones. Me dice que mi amigo Villiers ha adelantado mucho y abierto el camino con talento para las negociaciones con España. El paquebote debe de llegar dentro de pocos días, y sabremos si el asunto se irá a pique por el regreso de Montilla, o no. Los Mocatta y su suite cenaron conmigo.