Como el señor Michelena se hizo cargo el día primero de las dobles labores de ministro de Relaciones Exteriores y Finanzas, fui a verle esta mañana chez lui solo para decirle que en vista de que el secretario del Senado me había informado que esa porción del Congreso había enviado la convención en debido orden (puesto que la habían aprobado las dos cámaras) el martes 31 último al ministro del Interior para su ratificación por parte del Ejecutivo, quería yo insistir en que así se hiciera urgentemente, y se me mandase un despacho a mí, asegurando su conclusión y envío a Inglaterra con tiempo suficiente, puesto que el paquebote podía llegar en cualquier momento. Estaban con él el presidente y el primer funcionario del Departamento Exterior Sr. Ramos, en consulta sobre el mejor método para efectuar el intercambio en Londres al llegar allí la convención. Mi visita vino à propos, y se decidió que se enviaran poderes acompañados por el documento en cuestión al Sr. Alsop —recién nombrado cónsul de Venezuela en Londres— para que presentase sus respetos al duque de Wellington con su encargo y oficiase en la entrega del obsequio y recibo del correspondiente firmado por su majestad, que luego transmitiría debidamente a su gobierno. Al mismo tiempo (y así lo aceptaron) rogué al señor Michelena que se dirigiera a mí oficialmente detallando lo antedicho, a fin de que pudiera yo darle la información necesaria al duque referente a la aprobación por parte del Congreso y subsiguiente ratificación y transmisión, etc., etc.