El capitán Jones llegó a las 8 con su primer teniente, el señor Cannon y 2 oficiales del 74° regimiento, el capitán Maitland y el teniente Fordice. El Vestal zarpó de Barcelona el miércoles por la tarde. El capitán J. vio embarcarse las tropas del general Gómez, pero, cosa extraña, le dijeron que para Cumaná, y que la flotilla se haría a la mar al día siguiente. Si no viene aquí, es que algo anda mal. A las 12 llevé a los caballeros a presentárselos al presidente. El capitán Jones ofreció toda la información que pudo en cuanto a las cosas a Barlovento, y S. E. le pidió que, si podía hacerlo, retardase su partida un par de días, a fin de dar tiempo a que llegara la escuadra constitucional de Barcelona. Después de regresar a casa quedamos en que sí, y se le envió la respuesta correspondiente al ejecutivo. Todos los prisioneros de guerra que estaban en la cárcel fueron enviados a las bóvedas de La Guaira bajo una fuerte escolta de la Milicia, cuyo primer batallón había marchado esa misma mañana a las 4. Ni una palabra de noticias de ningún sector. Michelena y Mocatta se unieron a nuestro grupo a las 5: 8 personas en total.