Vi a Michelena esta mañana, y me dijo que el ejecutivo ha hecho esfuerzos, por correspondencia y persuasión personal, para inducirle a cambiar de decisión, o más bien de principios, sobre el tema de los indultos pasados y probables de los rebeldes, pero su decisión es irrevocable y, por lo tanto, el señor Gallegos ha sido nombrado para substituirle. Su salida del ministerio en esta coyuntura aun es peor que un perdón general a los revoltosos. Creo que las circunstancias le traerán tantas dificultades y deshonra al gobierno como honor y respeto a él, por parte de todos aquellos que saben cómo valorar una conducta política tan virtuosa. Circulan rumores de que se va a iniciar una negociación en el puerto [Cabello], si es que ya no ha empezado. El señor A. Quintero ha llegado del cuartel general y dice que Carabaño convocó una reunión en la iglesia del puerto, para tomar en consideración la conveniencia de ofrecer llegar a un acuerdo con los jefes de Valencia. ¿No habrá sido el cuartel general el que haya sugerido esto, en secreto, en primer lugar?