Reformas Legales ha insultado hasta tal punto al gobierno y al vicepresidente, que este convenció al Consejo de Estado en la noche del 25 de que viera si el ejecutivo no tenía ningún poder para hacer algo legalmente contra los insultos. Estas sabias personas le contestaron que no; que la Constitución reconocía la libertad de prensa, y hasta el máximo, y que a no ser que algo fuera juzgado ofensivo por un jurado al ser denunciado según la ley, no podían tomarse medidas punitivas. Se dice que el vicepresidente dijo que como no podía gobernar bajo las cláusulas imbéciles de la Constitución, renunciaría e iba a solicitar una reunión extraordinaria del Congreso para ese fin. El Consejo contestó que no veía ninguna razón para tomar tal medida en las circunstancias existentes. Y así están las cosas según los rumores; pero es un hecho que el partido que se opone al gobierno de Soublette dice que le llevará a la renuncia. De ser así, estos demagogos miopes ocasionarán una revolución militar, pues Páez estará con Soublette y lo mismo harán todos los reformistas de 1835, así como cualquier otra persona que en este país desee un mejor sistema de cosas, si es que puede encontrase uno apropiado para estos ignorantes y arrogantes hijos infantiles de la libertad.