El señor Blick me llevó a conocer gran parte de la universidad esta mañana a fin de mostrarme las grandes y hermosas adiciones que se habían hecho a varios de los colleges, desde que yo había estado en Cambridge hacía 40 años. Ninguno me pareció más bonito que la nueva porción de St. James, y su puente de encaje veneciano. Es todo del mejor gusto gótico y honra altamente al señor Rickman, demostrando su profundo conocimiento de las diferentes épocas de este hermoso estilo de arquitectura. Hoy era el aniversario de uno de los días de la fundación, a saber Joh. Latin. Se habían colocado cinco largas mesas en la gran sala, la transversal en el extremo para los directores de los colleges y visitantes distinguidos, entre quienes estaban lord Hardwicke y su hermano, cerca de quienes estaba yo sentado y a la vez cerca del doctor Tatham, que presidía. Se sirvió una cena espléndida y excelente, que se desarrolló con gran orden, y después de la «bendición latina» los jefes y visitantes pasaron a una sala contigua, donde había tres largas mesas cubiertas de postres y vinos. Después de haber terminado todo, el conde y su hermano y uno o dos más cerraron la velada en la casa del director, que, sin duda, fue la parte más agradable de toda la fiesta.