Hoy hace siete años que mi hija se casó. El bisabuelo de su esposo era el célebre Kikine, favorito de Pedro el Grande, al cual este soberano, en todas las cartas (autógrafas) que Mary tiene en su poder, se dirige como «Querido Abuelo». Pero como muchos en los imperios y naciones más bárbaros no tienen gratitud ni honradez innatas, se vio envuelto en una conspiración contra su amo después de separarse de su envidiable altura, y fue juzgado con otros nobles de primera fila, e incluso algunos de la propia familia del emperador, y decapitados todos en Moscú en presencia del zar. Diecisiete bajo cero, viento del noreste. Escribiendo hasta las 3 y luego hice algunas visitas, después de lo cual Jane y yo comimos con Mary y Pierre para celebrar el aniversario de su matrimonio. A las 10 fui a un baile en casa del general Soukozanez (allí estaba la gente imperial), donde se me notó graciosamente y debidamente se me dirigió la palabra como a uno de la élite. Una espléndida congregación, pero me retiré temprano, a las 12 y media: ellos se habían reunido a las 10.