Visité al intendente, y me encontré con el general Briceño, que acaba de llegar de Bogotá. No trae las noticias de Bolívar que anoté el miércoles, salvo que supuestamente debía viajar a Guayaquil. Dejé a estas personas públicas en conferencia y el intendente me ha prometido una nota oficial sobre el resultado. El general Páez llegó a Caracas ayer a las 6, y se ha instalado en la casa vacía del general Arismendi, en la plaza de Capuchinos. Solo se ha traído a Núñez de Cáceres y al coronel Úslar. Se espera que lleguen más tropas mañana. Hay más de 600 hombres de los de Macero aquí con unos pocos oficiales: se ha batido en retirada y se piensa que casi todo el batallón terminará por venir a parar aquí. Así se ha disuelto un acto de locura infantil, que ha causado la opresión de muchos y la ruina de otros al congregarse fuerzas tan numerosas en esta vecindad. Se han abandonado cosechas de todas clases por falta de mano de obra, pues casi todos los campesinos se los ha llevado la Milicia, cuyo número asciende aquí á casi un millar. Mucha lluvia. Termómetro, 23 y a las 4, 24. Velada en casa del señor Rojas.