Vino a verme el señor Ward, de La Guaira. Me contó que, conjuntamente con un tal señor Pardo, le había presentado a Mendoza un plan para el mejoramiento de las finanzas del departamento, por lo que se refiere a los recibos de las aduanas, y para la liquidación final de los vales. Caminé hasta la casa de Arismendi, que ya va a convertirse en el palacio del Libertador. La han adecentado mucho desde que vivió en ella Páez, y luego sus brutales llaneros. La verdad es que está bien amueblada y alfombrada con gusto. Vi al propietario, el general que va a mudarse a la de Bolívar. Es esta la mansión cuya fantástica pintura describí cuando la visité a principios del año pasado mientras la decoraban. No ha llovido. Velada con el señor Mocatta. Termómetro, 22 a las 7 y 24 a las 4. Mucho calor para esta época.