El buque correo Andrew Edwards llegó a La Guaira después de un viaje de cinco días. De nuevo perderá el paquebote en Saint Thomas, sin la menor duda. Recibí mis cartas y despachos en el día de hoy a las 3. Un grupo numeroso cenó en casa, circunstancia inconveniente en este momento. Me enteré de los probables cambios en el gabinete en mi país. Espero que el señor Canning ascienda, no que se le remueva, porque si es así a mí me irá mal. El señor Cockburne me halaga cuando me dice que si su pariente el señor Peele ocupa el cargo de Canning, su suerte mejorará, y que hará todo lo que pueda para hacerme subir unos cuantos peldaños de la escalera diplomática. Nous verrons. Las promesas hechas en países extranjeros se parecen mucho a las que se hacen en batalla: la primera se evapora cuando el que la hace vuelve a casa, y la otra cuando vuelve a la razón.