Se me informa (secretamente) que Bolívar tiene en mente, al separarse los Estados, recomendar su Constitución Boliviana para Venezuela y Quito, pero que el Estado de Cundinamarca no es de confianza y es el que más le repugna, y que su gobierno (hasta que llegue el momento, dado por el ejemplo de los otros) piensa permanecer casi silencioso sobre este tema en la gran reunión. Si Santa Cruz en Lima resulta no ser amigo de Bolívar y estar engañándole con la esperanza de volver a llevarle, así como a su [¿partido?], a ese gobierno, Quito está perdido. Este departamento siempre ha pertenecido, más o menos, a la Unión con la sede principal de gobierno en el lado del Pacífico del país, de modo que no parece probable que se vaya a federar, si es que Bolívar (en perspectiva) desea que así sea para los tres Estados de esta república, al ocurrir el gran cambio que seguramente surgirá de la reunión de la Gran Convención. No ha llovido. Wilson cenó con nosotros. Cabalgué con él por la mañana a casa del marqués del Toro. Termómetro, 23 a las 7 y 26 a las 4.