Fui a ver al Libertador, pero es difícil adivinar cuáles son sus intenciones actuales (aunque no sus ideas finales). La última vez que le vi no pensaba ir a Cartagena pronto, hoy sí. Un tal capitán Cochrane, que ya había estado aquí antes y escribió un libro, vino a visitarnos esta mañana. Es primo del capitán Dundas Cochrane, que falleció aquí, en Aroa, hace cosa de 10 meses. La sangre de esta noble familia es mala, y desde el asunto de mi lord Cochrane muchos de los miembros de la familia no tienen miramientos en hacer especulaciones o llevarlas a efecto, siempre y cuando sirvan a sus propios fines interesados. El joven en cuestión empezó aquí, y mucho me temo que haya hecho algo malo en Inglaterra. Tenemos que vigilarle bien. El señor Cockburne no quiere presentárselo al Libertador, ni me permite hacerlo, de modo que le toca al coronel Wilson hacerse cargo. No ha llovido. Calor opresivo. Termómetro, 24 a las 7 y 27 a las 4.