Fui a ver a sir H. Halford quien, a pesar de las buenas noticias que trajo ayer de Windsor, volvió a salir para allá esta mañana. Debe de haber algo muy grave en el estado de la realeza. En la coyuntura actual sería bastante deplorable perder a su majestad. Visité al Sr. Shee, que se ve viejísimo y parecía muy deprimido por la muerte del presidente. Dice que no conoce a nadie capaz de ocupar el puesto, ya sea intelectual o talentosamente, entre los miembros de la Real Academia. Sin embargo, la mayoría piensa lo contrario. Es él la única persona que debería vestir la toga de sir Thomas. Fui al Foreign Office y me entregaron mis cartas. ¡Todo bien en Esher, gracias a Dios! Cené a las seis y media en casa de los Skinners. Conocí a la bonita señorita Bruce y al dandy rimador Fitzgerald: no muy divertido, que digamos. La señorita Bruce cantó algunas lindas canciones de fama.