Viento del suroeste, soplando a más no poder. Llovió a cántaros durante toda la noche. A las 7 de esta mañana, para sorpresa y enorme deleite mío, apareció mi queridísima Jane, pues lady Hamlyn (que estaba entonces en el cottage) le había dicho que si corría a Portsmouth, a lo mejor todavía me encontraba allí. Viajó la noche entera en el coche «Lord Nelson», muy bien acompañada adentro y afuera... por un grupo de convictos y sus guardas, aquellos camino de embarcarse para Nueva Gales del Sur. No fue muy divertido su relato. ¡Todo bien en Esher, gracias a Dios! Y mi queridísima madre mejor que nadie. Después de desayunar llevé a mi Jane a los Rottemburgs y se la presenté a lord y lady William Paget. Dimos una vuelta por la playa, y una vez más pude disfrutar de la querida y afectuosa conversación de mi amada hermana. Comimos tranquilamente en el hotel, para que la fatigada viajera pudiera ir a descansar temprano.