El señor Lievesly partió ayer con mis despachos a La Guaira. Se dice que el general Soublette, a pesar de su juramento como miembro del Congreso de Valencia, juega un doble juego: de hecho se le acusa abiertamente en hojas sueltas de ser, conjuntamente con los agentes secretos de Bolívar (Silva, Briceño Méndez, Ibarra, dos de ellos actualmente en Venezuela 1(Coronel Diego Ibarra y su hermano el segundo teniente Andrés Ibarra)), el autor de las insurrecciones, así como el instigador oculto de un complot general para hacer surgir una gran reacción a favor del centralismo y del Libertador. (Creo sin dudarlo que la acusación es cierta, pues mis cartas, aunque son secretas, la corroboran). Si se lograse tal fin, el medio de alcanzar el feliz resultado será la guerra civil y, peor aún, el asesinato. Cenó conmigo el coronel Stopford; y por la noche fui con él a visitar a la viuda del doctor Mendoza, en cuya casa había un montón de mujeres viejas y jóvenes, todas feas.