Llegó el correo de Bogotá. Han empezado los disturbios en esa capital, evidentemente debidos a las intrigas de los partidarios de Bolívar. Se ha derramado un poco de sangre; y se dice que los ministros actuales han presentado su renuncia, pues los descontentos habían pedido a gritos su expulsión, así como el castigo de las personas que habían sido retiradas y que estaban implicadas en el complot de septiembre de 1828, en el que tan estrechamente Bolívar escapó a la muerte. En Venezuela, comparativamente, todo está en paz. El alboroto francés en París ha causado una gran sensación entre los hijos de la libertad, de Caracas.