No ha llegado correo de Bogotá, aunque ya está atrasado. Se informa que el general Bolívar, a causa de la conspiración contra su vida que se descubrió en Cartagena, a petición de sus amigos ha aceptado el mando principal y emitido una proclama al pueblo. Sin embargo esto no está de acuerdo con lo que me escribe mi joven amigo el coronel Wilson con fecha 8 de septiembre, a saber que S. E. está decidido a no tomar ni mando ni empleo alguno que no se le dé según lo que mandan la Constitución y las leyes de 1830. Esta república se ha desmoronado por sus propias divisiones domésticas, y no es probable que se reunifique durante muchos años, si es que lo logra alguna vez. Incluso en nuestra División tenemos divisiones individuales, pues Páez, Peña y Vargas andan por caminos diferentes. El primero está furioso porque se ha reducido la fuerza militar; el segundo porque encontró oposición a su afán de trasladar la capital; y el último por haber sido frustrado en la reunión inmediata: la verdad es que no creo que existan dos amigos políticos en todo el Estado. Llovió casi todo el día. El coronel Stopford cenó conmigo.