Cabalgué hasta casa de la familia Alderson. Escribí al coronel Wilson a Bogotá. Mucha lluvia fuerte con truenos durante varias horas. Visité la Sociedad Republicana, en cuya reunión se leyó una carta del general Gómez, de Maracaibo, en la que confirma la oposición que han manifestado los distritos de Río Hacha y Santa Marta contra la vuelta al mando del Libertador, y acompañando una proclama de S. E. en la que dice que ha asumido el mando del Ejército en Cartagena, etc., lo que, hasta donde yo pueda juzgar, me parece una falsificación de esa parte del país (quiero decir Maracaibo) a fin de conseguir dinero y tropas. Desde entonces se han embarcado 400 hombres con destino a ese lugar. La discusión sobre esta proclama formó parte de todas las deliberaciones de nuestras reuniones públicas: palabras y amenazas de marchar en masa a destruir al tirano, enviar socorros y completarlos con una marcha directa sobre Bogotá, con objeto de liberar al pueblo del poder tiránico de Bolívar. Nunca he oído tanta bravuconada, cuando la verdad es que no hay ningún dinero y apenas tropas suficientes para su propia defensa.