Esta mañana llegó el buque correo con noticias fechadas hasta el 8 de diciembre: todo tétrico y grave en Inglaterra. Pero aún espero que la bondad del cielo siga protegiendo a mi amada patria de la revolución radical, y que el pueblo regrese al orden y al estilo inglés. Es cierto que ha cambiado el gabinete. Tiene una tarea mucho más difícil de lo que cree; pero si obra fielmente sobre los principios enunciados y garantizados por el conde de Grey, entonces este gabinete resultará único, tanto desde el punto de vista de individuos como de ministros, a saber: «la disminución de los abusos existentes; la rígida economía en el gasto público, y todos los esfuerzos que pueda hacer un gobierno para mantener la paz, de acuerdo con el honor y la independencia del país». Ahora veremos hasta dónde se cumplirán estas promesas e intenciones. Todo bien en el cottage, e igualmente mi adorada hija en Rusia. La totalidad de mis amigos políticos está fuera, tanto arriba como un poco más abajo, pero sigo esperando que, a pesar de todo, no se me mantenga en el exilio más allá de mayo de 1832. La señora de Stopford, con sus etcéteras, llegó en el buque correo, y supongo que, para mañana, volverá a estar en nuestra aburrida ciudad. La salida del paquebote de Inglaterra se retrasó hasta el 10 último.