Lluvia y truenos: ningún otro ruido notable. Tenemos, sin embargo, informes de que Cumaná no está totalmente satisfecha de la conducta del gobierno hacia el general Bermúdez durante los recientes esfuerzos patrióticos que hizo para defenderla, en el curso de la reciente revuelta de las provincias. Y además con respecto a su conducta hacia un par de importantes personajes del gobierno cuando se apoderó de Cumaná, quienes habían sido los grandes ayudantes y amigos de los jefes revoltosos, y se sabía abiertamente que habían sido los más violentos enemigos, en esa ciudad, de la Constitución y el nuevo orden de cosas, así como los más decididos defensores del sistema antiguo y partidarios de Monagas. De modo que, sin ceremonias, se deshizo de ellos. Sin embargo, cuando el asunto de la rebelión se resolvió en Valle de la Pascua entre el presidente y los generales rivales, el vicepresidente y el Consejo de Gobierno se encargaron de devolver a Cumaná a las dos personas en cuestión, con una orden para que fueran reinstauradas en sus cargos, acto este que ha disgustado a toda la población cumanesa y ha sido responsable de la renuncia del general Bermúdez del cargo de gobernador. Así están las cosas en ese sector actualmente y espero que este pequeño descontento no reabra la herida recién cerrada en el Valle Pascual.