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Capítulo VII El General Páez Presidente
1831 enero 01 - 1832 octubre 26
El General Páez Presidente
1831 enero 01 - 1832 octubre 26
Subcapítulos

Acabo de recibir carta del coronel Stopford, fechada en Yare, Valles del Tuy, el 4 de octubre, en la que me dice:

Por fin tenemos aquí a nuestro Primer Magistrado, esperando verse con el Filibustero, cuando a este le dé la gana, en un lugar llamado Súcuta. No le ha llegado todavía nuestra última comunicación que, sin embargo, está en camino. Por lo que observo, tengo casi la plena seguridad de que podremos llegar a un acuerdo con él. Páez le concede lo que yo le negué, es decir, el privilegio de vivir sin que se le moleste en sus fortalezas, sin entregar sus armas ni su independencia. Yo no podía concederle tanto, por supuesto, y como Cisneros no pide más, podemos dar por terminado el asunto durante algún tiempo, es decir, siempre que los ofrecimientos de Cisneros en este sentido hayan sido hechos de buena fe, cosa sobre la que tengo mis dudas.

A continuación, copia de una carta enviada por el general Páez a Cisneros al llegar al Tuy.

Ocumare, 2 de octubre de 1831.

Mi querido compadre: Con fecha 25 del pasado mes le escribí una carta que ahora repito: por medio de ella quedará usted informado de los deseos que tengo de hablar personalmente con usted, en vista de que usted dice en la suya del 18 que no tiene dificultad en cambiar unas palabras conmigo verbalmente. Contaba con haber recibido su respuesta en esta ciudad el 30 del mes pasado, pero habiendo regresado mi mensajero con mi carta del 25 sin haber podido encontrar a usted ni a nadie de sus pelotones, decidí enviarla por duplicado y por medios distintos, para ver si llega a sus manos, y mientras tanto me quedo esperando en esta ciudad su respuesta, en la cual puede que usted diga que se está acercando a hablar conmigo, esperando que mantenga su palabra, que creo que es sagrada como usted me dice, y como usted debe creer que también lo es la mía. Le informo que en mi última carta le he dicho que las tropas tienen órdenes de no [espacio en blanco] con usted por ninguna razón, y en virtud de esta orden puede usted aproximarse con absoluta confianza y seguridad, porque así se lo promete su verdadero amigo y compadre. (firmado) ]osé A. Páez.

No hay más noticias, ni llegadas marítimas a La Guaira. El señor Adams cenó conmigo, por falta de mejor compañía. Creo que es una persona de buenas intenciones, pero muy retrasado en cuanto a deberes religiosos y morales y, por encima, poco culto y bastante tosco de cerebro y de mano. Pero ¿que faire por lo que se refiere a compañía? No hay alternativa para impedir una comida solitaria, prueba suficiente de nuestra pobreza en este sentido.

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