Mucho calor, y de esto hace ya varios días. El termómetro a la sombra marca entre 27 y 28 grados. Los domingos y días de fiesta son grandes días de visita. Hay sin duda más síntomas que antes de dos partidos, a saber uno a favor del federalismo, o, sea dicho de otro modo, centralismo; y el otro por el actual sistema de repúblicas independientes —tres—, vinculadas solo por tratados de amistad. Este último seguramente triunfará, pues Páez está a la cabeza, y no creo que vaya a ceder. La guerra entre Bogotá y el Sur parece inevitable, pero para impedir que se rompan cabezas y se derrame sangre colombiana, un par de enviados ha ido a Pasto desde Nueva Granada a ver si se puede hacer entrar en razón a Flores. Uno de estos delegados es obispo. Es extraño que un clérigo vaya como agente, pero «que sean benditos los pacificadores», de modo que no hace más que cumplir con el deber de su verdadera profesión.