Nada digno de escribirse. Un poco de lluvia. Hice un diseño para la fachada de la capillita que pensamos construir en la parte alta del cuadrado interno del cementerio británico, que va progresando gradualmente; pero, como no hay fondos para erigirla, no sé si se hará algo más que los muros de lindero, hasta dentro de bastantes años. La fachada es simple, y tenía yo en mente el templo de Egina, y creo que si este boceto se convierte en realidad no será inferior al fin perseguido, es decir un pequeño templo cristiano para realizar en él los ritos funerarios correspondientes. Pero ¡ay!, la economía actual inglesa no ofrece medios, y me veo lamentablemente atado. De un modo u otro, algo se hará «pase lo que pase». Nuestra depositaria sagrada tendrá un cobertizo apropiado contra los ardientes rayos del sol tropical y las torrenciales lluvias que caen sobre nosotros durante los seis meses húmedos del año. Mañana la familia Alderson se va de Caracas a su residencia campestre de Chacao. No estoy bien, y me duele la cabeza.