Firmé el acuerdo con el albañil que ha de construir y terminar la capilla del cementerio según el plan que le he dado y el presupuesto de 600 dólares presentado por él: todo debe estar terminado dentro de dos meses, cosa que dudo muchísimo. El correo de Bogotá trajo la información de que el cólera se había declarado en Chile y el Perú. Que Dios le evite sus estragos a estos países, porque serían el equivalente de una revolución de tres años y la guerra que acarrea. Triste de veras sería la desolación, casi un desierto podría ser la suerte de estas repúblicas. Qué azote el que recae sobre estos desalmados destructores de poblaciones y felicidad indias, extinguiéndolos en retribución por su incesante y continuada tiranía y crueldad hacia los inofensivos aborígenes de esta infeliz parte del mundo. La sed de oro y el fanatismo religioso son dos de las mayores maldiciones inherentes a la humanidad civilizada, y en ningún sitio han sido más desastrosa y desgraciadamente impuestas que en el nuevo mundo. Llovió y tronó durante varias horas.