Nada nuevo. Visité al ministro de Relaciones Exteriores acerca del privilegio de entrada vía Maracaibo para las cosas que necesita el señor Turner, y durante la visita me mostró otro nombramiento del rey Luis Felipe, autorizando a M. Mahélin, su cónsul en Caracas y en La Guaira, como comissaire, a iniciar negociaciones con la República de Venezuela sobre el tema de un tratado de comercio, etc. Este nombramiento estaba fechado en septiembre de 1832, y es el único documento que trae: ninguna carta del ministro de Relaciones Exteriores de Francia al gobierno de aquí, como una especie de lettre de créance. De modo que la Junta de nuestra Casa de Gobierno no sabe muy bien cómo obrar: si esperar el documento a fin de mantener el orgullo de la nueva República y rango creciente como nación, o si iniciar las cosas sin pérdida de tiempo. El francés está impaciente por lo último, y como todos sus compatriotas, lleno de apuro e importancia en asuntos similares. Ha llovido durante la noche, fuera de estación.