Ayer el Senado, en tercera lectura, abolió el monopolio del tabaco, que por tanto tiempo fue fuente de altas rentas para los españoles. El cultivo de esta valiosa planta podría ser monopolizado, con gran ventaja, por cualquier gobierno tiránico y egoísta, pero el sistema en nada es ruinoso o incontrolable. Bajo una forma de gobierno basada en principios libres y liberales, [esta medida] es uno de los actos gloriosos de esta republiquita. Ahora le toca el turno a los diezmos, y espero que el próximo sea para la tolerancia, dando así ejemplos de la más pura libertad a las otras divisiones de Colombia. Escribí al señor Turner sobre la reclamación de Mackintosh. El cónsul francés, los señores Michelena (3), Gallegos y el señor Mocatta cenaron conmigo. El francés es persona de mente sin cultura, y de ningún refinamiento, aun después de 60 años de andar por el mundo, 30 de ellos en cargos públicos. Lo que de verdad parece es el más ordinario de los havards. Por la noche heureusement nos invitaron a escuchar un poco de música a casa del señor Domingo Briceño, donde, además de buen cantar, hubo dulces, agua fría y mucho criticar.