Sigue sin llegar el barco. Así que mañana enviaré mis despachos oficiales a La Guaira para que vayan a Saint Thomas en el Trimmer, de modo que, sea como fuere, no vayan a perder el paquebote. Escribí unas líneas a mi hermana, para evitarle preocupaciones. Sigue fuerte el debate en el Congreso por parte de los antiguos partidarios de Bolívar y los pocos miembros clericales de ambas cámaras, todos ellos ardientes defensores de una forma federada de gobierno. No son sinceros en sus ideas, pues bien saben que la confusión y oposición revolucionaria sobrevendrían en Venezuela (ya que la gran mayoría está a favor de la independencia) al intentar ambos abogados establecer un gobierno nuevo pero aún separado, y sobre principios militares y eclesiásticos muy diferentes de los del sistema actual.