Visité al coronel Paredes, comandante militar de la ciudad, y una de las personas honorables que sin miedo se opuso a los reformistas militares entrando a Caracas con Páez. Lamenta mucho la gran escasez de armas y que, además, como consecuencia de la fiebre que hay entre las tropas que están en Río Chico con Codazzi y Acevedo, no haya más de 150 hombres aptos para el servicio. Ayer salieron de aquí, o salen hoy, 200 más para reforzarlos. De hecho, por lo que pude deducir de lo que me dijo el coronel, esa parte del país no parece estar tan bien preparada como debería, si se considera que muy probablemente sea el punto de acceso. El asunto de Puerto Cabello se supone ahora que se realizó como diversión, a fin de atraer al general y una fuerte división de tropas hacia allí. Mil cuatrocientos hombres llegaron a ese revoltoso sector por la tarde del día 20 al mando del general Salom (uno de los más honrados y rectos jefes de Bolívar) y el bloqueo, pues no otra cosa ha de ser, se le ha confiado. La presencia del general Páez y también la de las tropas se necesitan más hacia Chaguaramos y la porción de frontera que toca la provincia de Barcelona. Se dice que las tropas rebeldes piensan avanzar el primero del mes que viene, pero si nosotros no estamos preparados aún, seguramente no lo están ellos tampoco. Esta noche hubo un rumor confuso de que las tropas de Carujo habían sido detenidas o atacadas por un grupo bajo el mando de un oficial de Barcelona que se había vuelto contra ellas, pero hacen falta mayores detalles y confirmación.