Una gran fiesta en casa de los O’Callaghan. No pude asistir pues no paré de escribir día y noche. El Pike, al mando del teniente Brooking, llegó ayer y me trajo despachos del capitán Jones del Vestal, vía Margarita. El general Gómez (según dice el comandante del Pike), con 700 constitucionalistas y Carujo con 500, habían tenido un enfrentamiento, del que este último había salido parcialmente vencedor. Se le habían enviado 350 hombres, y armas y municiones de refuerzo a Esmeraldas desde Margarita, que gran falta le hacían y que fueron, sin duda, la razón de que fuera derrotado. El general Montilla llegó a La Guaira hace dos días de Maracaibo vía Curaçao, trayendo la información de una revuelta en aquella ciudad, de sabe Dios quién contra el gobierno constitucional; pero que las fuerzas y la mayor parte de las tropas regulares se habían mantenido fieles a la república. Esta es una circunstancia muy desagradable en este momento. Espero que Montilla, entre bastidores, no tenga nada que ver con el asunto. Hay que dudar de todos los antiguos partidarios de Bolívar. El capitán del Pike, su médico y un guardiamarina, con el comerciante señor Harrison, cenaron conmigo.