Ocupado todo el día con mis tareas postales. Vino a verme Weymar y cenó conmigo; subió de La Guaira. La firma, como agente de los tenedores de bonos, se propone protestar contra la decisión, si es que así puede llamársela, de este gobierno, por «decreto», sobre lo que van o no van a pagar, de modo que el deudor, de la manera más arbitraria, da órdenes al acreedor. El Sr. Wolff vino por la noche, y me dice que este «documento de estado» ha producido desprecio hacia todos los miembros del ejecutivo, pero más particularmente hacia el del departamento exterior, que no permanecería en el cargo una hora más si no se desplazaba a Fortique. ¡Uno de los dos tiene que salir! Cerré mis despachos y correspondencia y se los di al señor Weymar para que los lleve a La Guaira. Se va por la mañana temprano.