La junta se reunió en mi casa para revisar los asuntos anuales del cementerio británico. Dejé en manos de O’Leary todo lo referente a asuntos oficiales para el futuro, y los fondos y asuntos funerales al Sr. R. Graham, quien tiene la amabilidad de hacerse cargo de ellos. La Sra. Harrison, la Srta. O’Callaghan y su hermano el Sr. Michael, y el señor Wolff cenaron conmigo: indudablemente la última cena que voy a ofrecer. El señor Harrison subió de La Guaira a las 8.