A las 5 de la mañana vimos tierra por primera vez desde que entramos en el Canal. Resultó ser Holyhead, desde donde se señala a los barcos que entran para información de sus dueños y otros en Liverpool. Durante la noche el viento fue muy ligero, y a las 6 de la mañana había casi calma. Ya estábamos solo a 60 millas de nuestro puerto de llegada, y para alcanzarlo vendría bien una brisa regular mañana por la mañana, pero no, caímos en calma total, y nos vimos obligados a echar anclas no lejos de la costa con el telégrafo de Holyhead en plena vista. Se acercaron varios botes, y por medio de uno de ellos enviamos la información de la llegada del Robert Syers frente a la costa, y si esta información iba por correo esta noche a Liverpool, llegaría allí a las 10 de la mañana; pues la niebla era tan espesa que las señales no podían verse.